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Adecuación del espacio y restauración del mural «Homenaje al Padre Donostia», de Jorge Oteiza

La Colección de Arte ha llevado a cabo la adecuación del espacio del mural Homenaje al Padre Donostia, de Jorge Oteiza, en el edificio corporativo de Banco Sabadell en San Sebastián. La obra también se ha sometido a un leve proceso de restauración.

El origen del mural se sitúa en el encargo que recibieron Jorge Oteiza y Luis Vallet, en 1956, de levantar un monumento al compositor y musicólogo vasco José Gonzalo Zulaika y Arregui, Aita Donostia, en la sierra de Agiña. Vallet construyó una capilla de hormigón, mientras que Oteiza colocó, algo más allá, una estela formada por tres prismas rectangulares de mármol, negro en la base y en la estela o capitel, y beige en el del centro. En la estela perforó un gran círculo, algo desplazado, que cambiaba a lo largo del día según la sombra que se proyectaba en su interior. El círculo puede ser una referencia a la Sagrada Forma y, a la vez, al Sol y la Luna, pero también remite a Malevich y al pintor inglés Ben Nicholson, con quien el escultor acababa de compartir galardón en la Bienal de Sao Pâulo.

Estas referencias a Nicholson, como ya destacó Pilar Muñoa, son muy evidentes en el gran friso del edificio corporativo del banco en San Sebastián, el Homenaje al Padre Donostia, también conocido como Suite con el paisaje de Agiña. Oteiza utiliza los mismos mármoles que en la estela, pero en lugar de un monolito, despliega la escultura en un friso panorámico, adaptado a la arquitectura del edificio. El nombre de suite no es casual, porque evoca a la música, quizás siguiendo de cerca a Nicholson, que contraponía a los conceptos de figurativo y abstracto los de musical y arquitectónico. Así, el friso es como un pentagrama por el que transcurre, de forma longitudinal, la melodía.

  • Homenaje al Padre Donostia o Suite con el paisaje de Aguiña
    1959
    Talla en diferentes tipos de piedra
    140 × 990 × 10 cm

    Fotografía de Aitor Ortiz.